Eres mi luz, el anhelo ante el mundo,
el deseo en la lámpara del genio,
la mensajera del amor, vida y razón,
el pretexto para que el camino no deje de admirar,
la persona especial entre lo hermoso,
única, la pieza central que mueve el universo,
la que con una sonrisa soluciona toda duda.
Admirada desde que se inicio todo,
por la que se es espontaneo,
por la que un día no finaliza sin su recuerdo.
No se puede ser indiferente,
simplemente tus ojos me dirán todo y
tu rubor seguramente tu ternura,
porque no bastara decirte te quiero,
pues toda belleza en ti es inimaginable,
por tu gracia, por tu gran personalidad.
Mucho tiempo para verte,
poco para regresar a preguntarte
si ese dulce aroma provenía de tan bella flor,
enmarcando tu rostro para no volver a despertar.
Un corazón tiene sincronía, tú haces música de cada palpitar,
una noche tiene la luna, tú eres la estrella que la vuelve perfecta,
solo queda decir tu nombre para ser el viento y volar.
Ronald Bone.
©Ronald Bone.
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