martes, 22 de marzo de 2011

Bajo un Árbol

Horizonte observado, deteniendo el paso, tomando un tiempo,
tocando madera, sostenido por su tranquilidad,
cubierto por la sombra de cientos de hojas,
entendiendo al viento pasar a través de los espacios entre la distancia,
viajando por su camino visite el suelo,
me eleve de nuevo por la orilla de la casa,
volando por el techo y saliendo hacia el cielo,
la luz pasaba, se sentía la libertad,
a pesar de ir alto, de mirar los prados, de ver hojas y fibras a la par,
gire y gire, no hay imposible reía, eran estaciones y lugares nuevos,
imposible parar, cuando llegue al lugar donde la distancia se define,
donde las estrellas ya están mas cercas,
definí la diferencia entre el universo y la vida,
entre lo desconocido y lo admirado,
se puede ser pequeño ante lo inmenso,
pero no diminuto al existir,
vi el valor de cuidar lo que a veces dejamos ir por simplemente continuar,
de cómo en segundos llenaba el motivo para seguir, el motivo para ser mejor.

En ese instante abrí los ojos, pude ver el sol pasar de mañana a tarde,
la luna girar y pasar de noche a madrugada,
palpe y vi como la lluvia a través de gotas caía, como vida de nuevo resurgía,
como la vida sigue, como se es parte y de su sincronía,
de cómo lo espontaneo daba belleza y lo mágico era motivo de admirar,
definiendo donde puedo cambiar mi personalidad impactando el entorno
donde recordé que puedo ser algo,
el simple evento que mejora y da brillo al iniciar de nuevo a volar.

Entonces el escrito llego a su fin,
la hoja no se quedo aquí, la pluma voló y en la luz hacia el sol vivió...


Ronald Bone.

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